La Educación Secundaria constituye el tercer nivel de la
Educación Básica Regular y tiene una duración regular de cinco años. Ofrece a
los estudiantes una formación humanista, científica y tecnológica, cuyos
conocimientos se encuentran en permanente cambio. Afianza la identidad personal
y social de los estudiantes. En este sentido, se orienta al desarrollo de
competencias para la vida, el trabajo, la convivencia democrática y el
ejercicio de la ciudadanía, y permitir el acceso a niveles superiores de
estudios. La Educación Secundaria da continuidad al desarrollo de las
competencias de los estudiantes promovidos desde la Educación Inicial y
Primaria. Busca, así, que los estudiantes progresen hacia niveles del
desarrollo de las competencias más complejos. La atención de los estudiantes
considera los ritmos, estilos y niveles de aprendizaje, así como su pluralidad
lingüística y cultural. En este nivel, se tienen en cuenta los riesgos a los
que los púberes y adolescentes están expuestos y que pueden interrumpir su
escolaridad, con la finalidad de tomar medidas preventivas y pertinentes según
sus características y necesidades. En ese sentido, es vital el trabajo
permanente y coordinado entre los estudiantes, las familias, los directivos y
los docentes.
Los
ciclos que atiende el nivel de Educación Secundaria
CICLO VI
¿Qué características tienen los estudiantes en este
ciclo?
En este ciclo, los estudiantes están experimentando
cambios corporales significativos de carácter interno y externo propios de la
pubertad y adolescencia, que ejercen influencia decisiva en los procesos
socioemocionales y cognitivos. Estos cambios exigen a la escuela adaptar el
proceso educativo mediante la creación de espacios que permitan a los
estudiantes expresar sus necesidades, y comunicarse con libertad, confianza y
respeto. Además, los estudiantes se enfrentan a un nuevo entorno educativo, a
nuevas metodologías y a la polidocencia, que da lugar a estilos de enseñanza
diferentes. Estos factores generan que los estudiantes requieran acompañamiento
permanente por parte de los docentes para adaptarse adecuadamente a este nivel
educativo, ya que la adolescencia es una etapa de potencialidades que se
activan o no en función de los contextos de aprendizaje que se les faciliten a
los adolescentes. En esta etapa, el adolescente va construyendo progresivamente
un pensamiento abstracto; es decir, sus preocupaciones, desde el punto de vista
cognitivo, están relacionadas con interrogantes que requieren explicaciones
racionales de los hechos, fenómenos y procesos de la realidad. Producto de este
tipo de pensamiento, es capaz de deducir e interpretar situaciones a partir de
la observación, por lo que el adolescente tiene el potencial de autorregular su
aprendizaje, y de aprender de sí mismo y de su entorno permanentemente. Desde
el punto de vista socioemocional, se reconoce a sí mismo como persona y sus
sentimientos de cooperación son predominantes en sus relaciones con los otros.
Evidencia inclinación progresiva hacia el arte y la práctica de actividades
físicas y deportivas, debido a la preocupación que tiene por su identidad e
imagen corporal y a la necesidad de buscar medios para expresar sus emociones,
intereses, ideas, etc. Se inicia un proceso de atracción e interés sexual
producto de la maduración de las glándulas sexuales.
CICLO VII
¿Qué características tienen los estudiantes en este ciclo?
Los estudiantes de este ciclo experimentan una
serie de transiciones a nivel físico, emocional, psicológico, social y mental
que conllevan cambios en la manera de procesar y construir conocimientos e
interactuar con otros. Los cambios físicos que experimentan los adolescentes
van consolidando su identidad e imagen corporal, y generan en ellos más
conciencia de su cuerpo y de cómo se ven ante otros. Su pensamiento es más
abstracto en relación con la etapa anterior, lo que significa que está en
condiciones de desarrollar aprendizajes más profundos y complejos. En lo social
y emocional, los adolescentes tienden a la formación de grupos heterogéneos, en
los cuales puede expresarse y sentirse bien. También vivencian periodos de
inestabilidad emocional y la experiencia de una mayor intensidad en la
expresión de los sentimientos. Por ello, esta etapa implica un desfase entre lo
físico, lo emocional y lo cognitivo; es decir, los estudiantes cuentan con una
madurez biológica que no siempre se corresponde con la madurez emocional y con
los cambios cognitivos que no se dominan. Están en proceso de reafirmación de
su personalidad, reconocen su necesidad de independencia y de reafirmación de
su propio “Yo”, y sienten la necesidad de aumentar su confianza en sí mismos
para asumir responsabilidades como jóvenes y ciudadanos. El adolescente asume
conscientemente los resultados de su creatividad y muestra interés por las
experiencias científicas. Además, se comunica de manera libre y autónoma en los
diversos contextos donde interactúa. En esta etapa, el adolescente afianza su
identidad y personalidad respecto de sus gustos e intereses. Toma conciencia de
que está por entrar a un mundo adulto y donde debe tomar decisiones respecto de
su futuro, ya sea educativo o laboral. Empieza a cuestionarse sobre diversos
aspectos de su vida: personal, familiar, social, escolar. El adolescente, a
nivel cognitivo, afianza su pensamiento crítico y su metacognición a partir de
sus niveles de pensamiento abstracto y contextual, lo que le permite
reflexionar sobre las implicancias y consecuencias de sus acciones y
desarrollar un sentido de la ética. Desde el punto de vista socioafectivo, el
adolescente está en una constante búsqueda de aceptación y pertenencia en la
que debe enfrentar diversos escenarios y tomar decisiones. Asimismo, redescubre
el tipo de relaciones que mantiene con los otros, cuestiona la autoridad y vive
con intensidad su vida afectiva.
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